Los comilones, una colección de recipientes sensoriales tan simpáticos que… ¡dan ganas de darles de comer!
Cada comilón tiene una carita en la tapa y una boca muuuy abierta lista para “engullir” todo lo que tu peque quiera explorar: bolitas sensoriales, pompones, piezas sueltas o cualquier material que despierte su curiosidad.

Estos personajes hambrientos convierten la exploración en un juego lleno de risa y descubrimiento. Mientras ellos “comen”, los peques desarrollan su motricidad fina, experimentan con texturas y practican el juego libre y simbólico.

Porque no es solo un cubo… Es un amigo que se come la imaginación de tus hijos para devolverles aprendizaje, calma y creatividad.